«¿Llamarme “mamá”? ¿Dijo eso?»
Abigail estaba aturdida y no pudo responder, Blanche dijo en voz baja como excusa.
— Nunca lo he dicho antes, así que…
Cuando escuchó eso, Abigail se sintió un poco llorosa. Nunca la había llamado madre.
Mientras lo pensaba, se dio cuenta que fue natural. La madre biológica de Blanche murió poco después de que ella naciera, y el asiento de la reina quedó vacío después de eso.
Abigail dudó por un momento ante la pregunta de Blanche. “Mamá”. Pensó que era una palabra algo extraño.
«Adoro, aprecio y amo a Blanche. Pero mi corazón estaba más cerca al amor a un sobrino que al de un hijo. Nunca tuve un hijo, nunca me casé. Es bastante extraño para mí ser llamada madre por eso. Pero...»
— Bebé.
De alguna manera, en este momento, Blanche se sentía como mi hija. ¿Era el instinto maternal? O tal vez compasión.
¿Desde cuándo quería llamarme mamá? ¿Cuánto tiempo se ha estado frenando? ¿Cuanto más tiene que soportar esta pequeña niña?
Cómo pude hacerme de la vista gorda frente a esta niña pequeña y lamentable que apenas y pide un favor cuando está enferma.
No podría ser una madre adecuada. Aun así, en este momento quería llamar a Blanche mi hija.
— Blanche, mi bebé.
—… Mamá. dijo Blanche, como si estuviera susurrando. Abigail le dio unas palmaditas en la manta.
— Sí, Blanche.
— Mamá.
— Si, estoy aquí.
— Mamá…
Blanche seguía enterrando la cabeza en la manta.
Hubo un resoplido, una pequeña risa. Cuidadosamente salió de la colcha. Blanche estaba sollozando con la nariz roja.
— Gracias… Tenía una voz distorsionada por tener tapada su nariz. Blanche la miró con cara llorosa.
— Estoy tan feliz de que Abigail sea mi madre... Gracias, señora Abigail…
La niña se rió con una cara llorosa. Abigail no pudo soportar la risa. Le dolía el corazón; la niña tenía tanta felicidad que no sabía si reír o llorar.
Recogí un pañuelo sobre la mesa y limpie las lágrimas de Blanche.
Aunque dejó de llorar, todavía tenía los ojos con lágrimas. Abigail sonrió y sostuvo la mano de Blanche.
— ¿Quieres llamarme mamá?
—… Si.
— ¿Desde cuando?
—... Desde la primera vez que nos conocimos.
«Abigail, chica con suerte. ¿Por qué no pudiste devolver ni la mitad del amor que recibiste cuando tenías una niña que te amaba tanto?»
— La señorita Karin a veces dormía junto a su madre cuando era joven. Tenía tanta envidia de eso…
— ¿Entonces dormiremos juntos la próxima vez?
— Si, me gustaría.
Blanche seguía sollozando. Caramba, había llorado demasiado. Abigail sabía que ya estaba enferma y cansada.
— ¿Quieres un poco de agua? Debes tener sed.
— Si… Por favor
Abigail se levantó y miró a su alrededor buscando agua para que Blanche bebiera.
¿Tenía que traerlo de afuera? Al acercarse a la puerta, escuchó un ruido. ¿Qué fue?
La puerta estaba un poco abierta. Abigail se preguntó si no la había cerrado antes.
Cuando salió, se encontró con alguien inesperado. Era Sabelian, que estaba de pie a una corta distancia.
— Oh, Abigail.
Apoyado contra la pared, Sabelian estaba con un rostro serio leyendo un libro.
— Vine a visitar a Blanche, esperaba porque estaban hablando.
— ...Ya veo.
«Pero, ¿por qué está sosteniendo el libro al revés? »
Mientras tanto, se miraba tan elegante apoyado contra la pared, curiosamente se veía aún más extraño.
— Puedes entrar. Blanche también quería verte.
— Si, claro.
Abigail entró con una botella de agua. Blanche estaba muy sorprendida cuando vio a Sabelian.
— Oh, mi padre…
Sabelian y yo nos sentamos uno al lado del otro a un costado de Blanche.
— ¿Cómo te sientes? — Pregunto Sabelian con indiferencia.
— Sí. Estoy bien…
Blanche miró a Abigail cuando lo dijo. Luego cambió sus palabras.
—… Con un poco de náuseas y mareos.
— Ya veo.
Aunque Blanche estaba enferma Sabelian seguía siendo contundente.
Abigail lo pinchó en las costillas y le dio una botella de agua para que le diera de beber a Blanche.
Sabelian se sorprendió y se dio cuenta tardíamente de su significado.
— No te esfuerces, te daré de beber el agua.
Sabelian vertió agua en la boca abierta de Blanche, ella bebió agua como un pajarito.
Finalmente, se dibujó una escena de un padre y una hija juntos. Sabelian sacó la botella de agua y le limpió la boca con una toalla.
Blanche se sentía extraña pero complacida en esta situación.
Sabelian le limpió la boca meticulosamente y retiró la mano.
Después de un momento llegó el silencio. Permaneció callado durante mucho tiempo con una pierna cruzada. Solo mirando a Blanche.
Luego soltó sus palabras.
— ¿Hay algo más que quiera?
— ¿Qué?
— Pregunté si necesitabas algo más. Algo que quieras comer o leer. Cualquier cosa.
Tanto Blanche como Abigail estaban sorprendidas.
¿Tanto a crecido como padre este hombre...?
Blanche parecía perpleja como si de repente hubiera recibido una sorpresa.
Suavemente anime a Blanche.
— Su Alteza lo dice, dígale si necesita algo.
Blanche parecía preocupada por el comentario. Luego, un momento después, salió una voz vacilante.
— Entonces… ¿puedes quedarte a mi lado hasta que me duerma? Con mi padre y mi madre...
— Si, esta bien.
«Hombre, siempre hace ver que las solicitudes simples sean difíciles.»
Blanche sonrió ante la respuesta. Cuando la vi así, mis ojos se iluminaron.
Pronto Blanche cerró los ojos con alivio. Las comisuras de sus labios formaron una sonrisa, después de un momento rápidamente se durmió.
Se escuchó un aliento tranquilo.
El olor a medicina que me inquietaba hasta hace un momento, ahora se sentía tranquilo.
Sabelian miro la cara de su hija dormida.
La miraba con una cara sentimental, si los dejaba como ahora, estoy segura que miraría a Blanche todo el día.
Abigail le dio unas palmaditas en el hombro y miró a Sabelian en señal para salir de la habitación. Él asintió con la cabeza.
Salieron con el cuidado de no hacer ruido. Después de alejarse de la habitación, Abigail abrió la boca.
— ¿Por qué estabas mirando a Blanche así?
Era la primera vez que veía a Blanche con esa expresión en su rostro.
Sabelian echó un vistazo completo a la habitación antes de responder.
— Fue increíble porque es la primera vez que veía su cara dormida.
— ¿Fue increíble?
— No. ¿Cómo debo decir esto? Se veía tan pequeña, lucía indefensa. Es lo que pensaba.
Normalmente hablaba con indiferencia, como si las cosas no le importaran, ya fueran grandes o pequeñas. Pero ahora... Abigail sintió que era como una persona que fue cautivado al ver un pequeño animalito.
Él también comenzaba a ser un padre. Lo mire con alegría.
Sabelian se perdió en sus pensamientos por un momento. Él abrió la boca.
— Tenía algo que decirte. ¿Te gustaría dar un paseo?
— Sí, está bien.
¿De qué estará tratando de hablar?
Abigail camino en silencio con él.
Cuando salieron hacia el jardín, la brisa de otoño, que olía a hojas caídas, se deslizó entre sus cabellos y pasó junto a ellos. El olor del otoño era claro.
Los jardines ya estaban teñidos con hojas de otoño. El paisaje era como una paleta de colores.
Había muchos tipos de azul en el cielo, y todos los colores de los arces eran diferentes. Rojo, Borgoña, Carmesí, Rufo, Toro Garian Rose, Clare ... Son todos nombres que se les puede dar al rojo, pero aún así no era el mismo color.
(n/c: Arce: árbol que se da en norteamerica y parte de europa. En otoño cambian de color volviéndose rojas, anaranjadas, amarillas o púrpuras)
Era un paisaje hermoso para mirar, pero Abigail sintió culpa al verlo porque Blanche aún se encontraba en cama. Esperaba que se recuperara pronto para mostrarle este paisaje.
Mientras pensaba, Abigail se dio cuenta de que era la primera vez que salía a caminar con Sabelian.
En ese momento Abigail abrió la boca sigilosamente.
— Entonces, ¿Sobre qué querías hablar?
Sabelian se detuvo.
Bajo la luz, sus ojos se parecían a un cielo nublado infundido con cierta preocupación.
— ¿Has oído las noticias de la epidemia últimamente?
— Oh, sí, lo escuché.
Dijeron que había una epidemia no identificada en todo el reino.
Afortunadamente, escuchó que no era una especie de Peste Negra. Era una enfermedad con mareos y náuseas.
— ¿Está infectada Blanche? Dijo Abigail sorprendida y preocupada.
Una epidemia. Una enfermedad sin nombre. Una enfermedad en la que la causa y el efecto no están claros.
Al principio me alegre que resultará que no fuera algo tan grave, pero esos pensamientos desaparecieron de mi mente a un ritmo alarmante.
— ¿Está bien Blanche? No es una enfermedad mortal, ¿verdad?
— Si. No te preocupes. No se reportaron muertes, y algunas fueron curadas naturalmente.
Esas palabras hicieron que Abigail se preocupara un poco menos.
— Haré todo lo posible para tratar a Blanche. Los médicos y los magos están buscando la causa de la enfermedad, así que estará bien.
Seria mejor descubrirlo pronto.
En cuanto solté un suspiro, una breve ráfaga de viento me acompañó.
— Entonces, hablando de eso... ¿Por qué no pospones el banquete de cumpleaños?
Lo dijo como si lo lamentara mucho. No había nada de qué arrepentirse. Si lo piensas racionalmente, era una decisión natural.
Mientras Blanche estaba enferma, no podía darse un festín. No era fácil tener un gran banquete de todos modos.
— Sí, es una buena idea.
— Intentaré que se celebre más grande en el futuro.
No, me gustan las cosas simples.
— Todavía no hemos descubierto la causa de la enfermedad, así que cuídate. Dijo Sabelian muy ansioso y preocupado.
Con una mirada totalmente diferente de cuando estaba tranquilo.
El color de sus ojos era el mismo, pero al mismo tiempo era completamente diferentes.
— Si. No te preocupes, Alteza.
Cuando Abigail lo vio con una sonrisa, Sabelian solo asintió.
— Entremos. Hace mucho frío.
Él lo dijo y miró dónde estaba el jardín. Un viento fuerte vino de lejos.
El aire seco de la noche era frío. El viento que se sentía en el caballo era aún más intenso
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La noche fue llenada por el sonido de las herradura del caballo. El jinete provocaba a toda prisa las riendas del animal. El palacio real era el lugar donde el caballo fue conducido a toda prisa.
Aún sin aliento el jinete, se dirigió a la habitación del secretario. Cuando entregó la carta al hombre, esté se dirigió a la habitación de Sabelian sin mucho retraso.
Llegó al lugar en donde se encontraba Millard y Sabelian.
Le entregó a Sabelian una carta.
— Es un informe del sur.
Sabelian lo tomó y lo abrió.
No tardó mucho en leer. La carta contenía sólo breves detalles.
~Hay muchas muertes causadas por la epidemia. La causa de la enfermedad es desconocida.
N/t: (Es un intento de Covid?)
Sabelian guardó silencio.
Su rostro, que había sido suave en estos días volvió a ser tan duro como antes.
La noticia del brote de la enfermedad agitaba a cualquiera. Pero la agitación de Sabelian era debido a una causa diferente.
El palacio también estaba bajo la influencia de la enfermedad. Los enfermos ya estaban en aumento.
La segunda víctima después de Blanche fue...
— ¿Qué pasa con Blanche? ¿Y qué ha sido de Abigail?
La segunda víctima fue Abigail.
Traductora : Ann y Correctora: Memi