Abigail sonrió sin comprender.
— Lo siento, esposa. Todavía no hemos encontrado una cura.
Al ver su cara enferma, se sentía como un gran pecador. Abigail se miraba completamente diferente de lo que acababa de decirle su secretario.
— Decidí convocar una reunión mañana. No pude encontrar la causa de la enfermedad en este país, pero tal vez podamos encontrar algo de algún país extranjero.
Abigail parpadeó y preguntó.
— ¿Otro país...? ¿No son malos los otros paises con nosotros?
— Si, lo son.
— Pero…
— Hay una manera, así que no te preocupes demasiado.
Incluso si el enemigo se negara a las solicitudes. Se podía dar un precio para apaciguar. Ya sea tierra o dinero.
Abigail todavía retorcía sus dedos sostenidos por Sabelian.
Sabelian pensó que era frustrante, así que soltó su mano. Pero ella en lugar de retirar su mano, siguió tocando la cara de Sabelian.
A Sabelian le gustó el toque que le rozó los ojos, las mejillas y la barbilla.
— ¿Has dormido bien en estos días?
Sabelian no se había dado cuenta hasta ahora, pero su cara estaba aspera. Si lo miraban desde algún lugar con luz, podía notarse con facilidad sus ojeras.
— Debes estar muy ocupado… No hace falta que vengas si estas tan ocupado.
— Abigail habló con ansiedad.
Sabelian la miró a los ojos en silencio.
— Tengo tiempo para ver a mi esposa. Y hay algo que quería decir.
— ¿Qué es?
La mano que acariciaba la cara se detuvo en la mejilla. Se escuchó la voz tranquila de Sabelian.
— Feliz cumpleaños, Abigail.
Ya era pasada la medianoche. Era el cumpleaños de Abigail. Sabía que la felicitación no significaba nada, pero quería transmitirla a ella.
— Quería ser el primero en felicitarte.
Abigail miró con curiosidad a Sabelian. Entonces se rió alegremente.
— Gracias, Alteza. No pude celebrar mi fiesta de cumpleaños… pero… — Poco después, se convirtió en una voz amarga y continuó hablando. — Blanche debe haber estado esperando la fiesta de cumpleaños, lo siento.
— No te preocupes. Ella está esperando ansiosamente que te recuperes.
Blanche también vino a visitar a Abigail. Abigail sonrió débilmente al recordarlo.
«Sí, esa buena niña debe estar preocupada por mí.»
De repente, recordó la imagen de ella como madre de Blanche. En ese momento, Blache estaba acostado aún en cama.
— La última vez que visite a Blanche fue en el hospital… — Abigail mencionó sus palabras lentamente. Parecía recordarlo hace mucho tiempo. — La princesa me preguntó... si podía llamarme “mamá”.
Ella pronunció la palabra “mamá” con cuidado como si estuviera moviendo un vaso.
— Para ser honesto, me sorprendió un poco. Nunca me hubiera imaginado que Blanche quería que fueras su madre.
La palabra también fue una sorpresa para Sabelian. El siempre amo a blanche.
— Lo siento, yo... estaba preocupada. Ni siquiera me di cuenta de que mi hija estaba enferma. ¿Seré capaz de ser una buena madre?
Abigail se veía un poco nerviosa. En cierto modo, fue irresponsable. Además, es posible que no fuera buena idea decirlo frente a Sabelian.
Pero Sabelian no la culpó.
— Esposa, me has preguntado muchas veces. ¿Odias a Blanche?
Su voz era un poco apagada. Sabelian luchó para elegir las palabras una por una para contestar a la pregunta de Abigail.
— No la odio. Es solo que... no sé cómo comportarme como un padre.
«Como si no supiera cómo lidiar con un cachorro recién nacido.»
— Cuando era niño, no solía pasar tiempo con el difunto rey y la reina. Todo lo que tenía que hacer era estudiar en el anexo y conocer gente en la Fundación o en Año Nuevo.
No era raro que la realeza o la nobleza dieran la educación de sus hijos a maestros, sirvientes o mucamas.
Algunas personas se sorprendieron cuando dijeron que no enviarian a Blanche al palacio anexo, sino que la mantendrían en el palacio principal.
— Sabía cómo vivir como rey, pero no sabía cómo vivir como padre. Dijiste que estaba mejorando de a poco… Pero… — Miró a Abigail, borroso en su discurso. — Todavía no estoy familiarizado con el papel de padre. Cada vez, pienso en lo que dijiste.
— ¿Qué dije? — Abigail lo miró como si no entendiera.
— Dijiste que podemos ser una familia. — Sabelian susurró.
Fue en una noche como la de hoy, estaban agarrados firmemente de las manos y Abigail susurro su deseo.
— Puede que me falte algo tanto como esposo como padre. Pero si aun asi tu crees que podemos llegar a ser una familia, lo intentare.
Los ojos de Sabelian brillaban azules en la oscuridad.
«¿Sus ojos eran de un azul tan amable?»
— Esposa, no tengas miedo. Tu y blanche ya son mi familia.
Abigail guardó silencio.
El sonido de la palabra familia era tan cálido que no podía decir nada. Aunque estuvo en silencio durante mucho tiempo, Sabelian esperó.
Siendo ella misma, Abigail sostuvo la mano de Sabelian.
—... Su Alteza es familia con Blanche — Ella habló con un poco de dificultad. Y sonrió suavemente. — Tú y yo somos una familia.
Con la mano vacía restante, superpuso las manos de Sabelian. Ella cerró los ojos y dijo suavemente.
— Somos una familia.
Sabelian levantó la mano que no era sostenida. Luego barrió la cabeza de Abigail con cariño.
— Cuando esté mejor, celebremos tu cumpleaños en familia.
— Sí, es bueno.
Sabelian la acarició torpemente y después retiró su mano.
— Ya te he molestado demasiado mientras descansabas.
Mientras lo decía, Sabelian no soltó su otra mano con la que la sostenía la mano.
Quería quedarse con ella un poco más aunque tenía que irse. Fue lo mismo con Abigail. Pensó que le gustaría que se quedara a su lado.
— Gracias por visitarme. Tienes que volver y descansar.
Abigail cuidadosamente sacó su mano y tocó la cara áspera de Sabelian.
— Sí, entonces me iré.
Sabelian se levantó tragándose su pesar, y solo después de que Abigail cerró los ojos como si fuera a dormir, salió de la habitación.
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— Sra. Abigail, ¿está segura de que quiere levantarse? Será mejor que se acueste un poco más… Clara dijo con una voz llorosa.
Abigail se estaba cambiando a un traje fuera de la oficina con la ayuda de Norma después de mucho tiempo.
— No tuve muchos síntomas en primer lugar. Ahora estoy mucho mejor.
— Y, sin embargo, aún se desconoce qué es esta enfermedad. Es muy frustrante. — Clara dijo frunciendo los labios.
Como le dijo Sabelian, envió mensajeros a países extranjeros y grupos étnicos para pedir cooperación.
Si sabían cómo tratar la enfermedad, estaba dispuesto a dar lo que pidiera. Pero aún no se había hecho ningún trato.
La mayoría de los disidentes rechazaron la solicitud, y los elfos dijeron que sabían todas las causas de la enfermedad.
La única razón por la que Abigail se curó de la enfermedad no fue por el tratamiento, sino por la suerte.
¿Cuál podría ser el nombre de la enfermedad?
Abigail se sentía mucho mejor, pero aún estaba un poco mareada. Aún así, no quería acostarse más.
Estaba cansada de estar acostada en la cama todo el tiempo. Había pasado mucho tiempo desde que había salido a caminar.
Mientras se preparaba para salir, entró una criada.
Ella dudó mientras hablo.
— Sra. Abigail. El duque Raven ha venido a visitarla ... ¿Que quiere que le diga?
Mientras pensaba, Abigail se dio cuenta que el duque Raven la había visitado mientras estuvo enferma. En ese momento, se le negó la entrada.
— Déjalo pasar.
Pronto las criadas dejaron sus asientos y el duque Raven entró.
Siempre estaba con una cara sonriente, pero ese día Abigail noto que él no tenía una buena cara.
— ¿Te sientes mejor, Abigail?
— Si gracias.
Incluso ante su respuesta, la cara de Raven todavía estaba manchada de preocupación por ella.
Este hombre era del tipo que mostraba toda la alegría y la tristeza en su rostro.
En comparación Sabelian no tenía muchos cambios emocionales.
No, espera ¿no es así?
En estos días, Abigail había visto varias expresiones faciales en él.
Cada vez que lo veía, parecía tener una nueva expresión.
Anoche, cuando la visitó en el hospital, parecía un poco diferente.
Abigail no recordaba bien porque estaba medio dormida.
— ¿Puedo sentarme?
La pregunta de Raven la trajo de vuelta de sus pensamientos. Había mantenido a su invitado de pie.
— Sí, por supuesto.
Cuando Abigail se sentó en el sofá, el duque Raven se sentó.
— Escuché que aún no te has recuperado del todo.
— Sí, pero estoy bien por ahora
— Quiero saber la causa de la enfermedad.
— Su Majestad está trabajando en ello, pronto descubrirá la causa.
Sabelian no estaba durmiendo bien últimamente, estaba sobrecargado de trabajo. Personas debajo de él también trabajaban horas extras y turnos nocturnos.
Raven la estaba escuchando con una sonrisa. Luego la miró y abrió la boca.
— Parece confiar mucho en el Rey.
Abigail estaba un poco perpleja por la pregunta de Raven.
¿Por qué le estaba preguntando esto?
— Sí, por supuesto.
«Quién más es tan bueno en el trabajo como él, y él es un hombre de palabra, así que todo saldrá bien.»
Abigail no sabía si el duque Raven estaba satisfecho con la respuesta, pero sonrío.
— Oh, ahora que lo pienso, le traje un regalo.
— ¿Regalo? La última vez que nos vimos me diste un perfume.
Abigail no pudo usarlo mucho después de recibirlo como regalo, pero a menudo se lo prestaba a las niñas porque decían que no lavaban la ropa si lo rociaban varias veces.
— Es un regalo de cumpleaños, y es una visita al hospital.
Raven lo dijo y sonrió levemente. Sus ojos dorados brillaban con calidez.
— Espero que lo aceptes porque lo he traído del fondo de mi corazón.
Traductora : Ann Y Correctora: Memi